miércoles, 16 de junio de 2010

La Clave del Éxito


Diego Maradona, entrenador de la selección argentina, tiene a su disposición jugadores de gran categoría. Lionel Messi –hoy por hoy el mejor jugador del mundo, sin lugar a dudas- es la carta ganadora.

Si el ordenador táctico logra que el equipo juegue para que el jugador del Barcelona sea quien defina las situaciones, tiene grandes chances de llegar a la final y de, por qué no, ganarla.

Pero la participación del rosarino no es la única clave del equipo. Primero debe conseguir una estabilidad defensiva. Para ello debe organizar la defensa, juegue con cuatro centrales o con laterales que pasen al ataque. En el mediocampo, el papel que pueda cumplir Javier Mascherano es fundamental, ya que será el encargado de recuperar el balón cuando este se encuentre en posesión del rival. En cuanto al ataque, será fundamental la inclusión de Carlos Tevez, ya que puede el mejor socio que puede encontrar Messi para armar alguna jugada desequilibrante que abra el marcador.

A partir de la tenencia de la pelota, Argentina debe tener una idea clara de juego. Ya sea con toques cortos, con desbordes de los volantes que terminen en centros para los delanteros –Higuaín, Milito o ambos- o con jugadas individuales, el seleccionado debe tirarle la chapa a su rival.

La “clave del éxito” nunca es una y muchas veces se encuentra en la fortuna. Los equipos que han llegado a logros máximos –copas del mundo, Libertadores, etc.- no siguen todos la misma línea ni tienen el mismo estilo de juego. Para que un equipo llegue a dichas instancias, debe encontrar un estilo propio, un juego colectivo que se identifique con todos los integrantes del plantel.

El seleccionado argentino que hará su presentación en Sudáfrica, deberá encontrar su “esencia”, en la que todos los componentes puedan plasmar su idea de juego en el andamiaje del equipo.

En fin, la tarea de Diego Maradona no es fácil. Deberá encontrar el equilibrio donde todos los jugadores se sientan cómodos –cosa muy difícil, ya que muchos de ellos pueden brillar por su capacidad individual pero no así en forma colectiva- y deberá, también, lograr en los jugadores una identificación en la forma de jugar.